¿A qué le llamamos muerte súbita cardíaca?

Hablar de muerte súbita cardíaca es un tema de gran impacto social ya que la pérdida de un ser querido que se encontraba aparentemente sano, viene a afectar emocionalmente a toda la familia. La muerte súbita es aquella que ocurre de forma natural, inesperada e instantánea, dentro de la primera hora de haber iniciado los síntomas. La causa directa de la muerte súbita es una arritmia que se llama fibrilación ventricular.

¿Quiénes estamos expuestos a presentar un evento de muerte súbita cardíaca?

En E.U.A. se producen entre 250,000 y 450,000 paros cardíacos súbitos cada año. En México se estima que ocurren entre 150,000 y 250,000 paros cardíacos súbitos al año. Casi el 95% de ellos muere en cuestión de minutos si no se aplican maniobras de reanimación cardiopulmonar y el uso de desfibrilador automático externo (DAE).

El paro cardíaco súbito es más común en adultos de entre 35 y 55 años de edad. Es dos veces más común en los hombres que en las mujeres.

La mayoría de los casos de paro cardíaco súbito son causados por un ritmo cardíaco muy rápido (taquicardia ventricular) o un ritmo cardíaco muy anormal (fibrilación ventricular) y esto hace que el corazón deje de latir. Un ritmo cardíaco muy lento (bradicardia), también puede causar un paro cardíaco súbito.

Las arterias del corazón tapadas por colesterol, enfermedad llamada “aterosclerosis”, es la primera causa de muerte en el mundo y por supuesto también en México.

Hasta en un 80% de los paros cardíacos súbitos son por esta causa. Esto puede condicionar un infarto del miocardio de los cuales una tercera parte pueden presentar un episodio de paro cardíaco súbito por arritmias ventriculares. Además, toda cicatrización o daño en el corazón tras un infarto aumenta el riesgo de arritmia y PCS. La aterosclerosis está muy en relación a hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus, obesidad, dislipidemia, sedentarismo y tabaquismo.

La siguiente causa de muerte súbita cardíaca son las miocardiopatías (crecimientos de corazón), ya sea hipertrófica, dilatada, entre otras, pudiéndose presentar en 10 al 15% de los casos de muerte súbita cardíaca.

El tercer grupo de riesgo de muerte súbita, son aquellos que involucran los trastornos hereditarios, que son trastornos que se transmiten de padres a hijos. Además, los que nacen con defectos cardíacos, como una anomalía de la arteria coronaria. Por error, la gente le ha llamado “infarto fulminante” a este grupo de pacientes, sin embargo hoy en día se conocen enfermedades eléctricas del corazón como son el síndrome de QT largo, síndrome de Brugada, miocardiopatía hipertrófica, fibrilación ventricular idiopática, miocardiopatía dilatada, entre otras que son causantes de muerte súbita cardíaca en población joven (menores de 35 años de edad).

Otras causas pueden ser medicamentos para las enfermedades del corazón, que a veces pueden aumentar el riesgo de arritmia, uso de drogas (cocaína).

¿Qué debemos de hacer para evitar un episodio de muerte súbita cardíaca?

Estos grupos de pacientes son especialmente difíciles de identificar, excepto por el antecedente familiar de muerte súbita. Lo importante para combatir estos episodios es la prevención y la rapidez con la que se actúa. Por eso es importante contar con un sistema profesional de prevención y detección de estos pacientes antes de que se presente el episodio de muerte súbita, o una vez que este se presente tener todas las condiciones ideales para rescatar de forma inmediata, dentro de los primeros 5 minutos con maniobras de reanimación cardiopulmonar (compresiones en el pecho), se han obtenido tasas de supervivencia superiores al 50% en los lugares en los que se han colocado desfibriladores automáticos externos de acceso al público (para administrar un choque eléctrico al corazón) y reiniciar sus latidos con un ritmo normal. Después de haber reanimado a una persona que ha sufrido un episodio de muerte súbita, el tratamiento continúa en el hospital.

Es importante recalcar que este campo está en continua evolución, y que, sin duda, las recomendaciones van a ir cambiando a medida que aprendamos más acerca de este problema y poder identificar a los pacientes con probabilidad de sufrir un evento de muerte súbita, es necesaria una valoración por un cardiólogo clínico con especialidad en arritmias cardíacas y marcapasos (electrofisiólogo cardíaco) que le de un diagnóstico preciso y le oriente en las acciones a realizar para prevenir eventos fatales y le dé seguimiento a su enfermedad.

¿Qué hacer ante un episodio de muerte súbita cardíaca?

  1. Todos debemos conocer la técnica de reanimación cardiopulmonar (RCP). No sabemos cuando podemos necesitar este tipo de maniobras y la primera oportunidad puede ser con un ser querido.
  2. Activar los servicios médicos de emergencia marcando al 911, al momento que identificamos que una persona ha sufrido un paro cardíaco súbito.
  3. Tener en menos de 5 minutos un desfibrilador automático externo (DAE) y aplicar una descarga eléctrica al pecho puede lograr que el corazón vuelva a latir.
  4. Traslado a un hospital especializado en identificación de las causas de muerte súbita donde pueda recibir la atención médica por un equipo multidisciplinario (urgenciológos, intensivistas, cardiólogos clínicos, cardiólogos ecocardiografistas, cardiólogos intervencionistas, cardiólogos electrofisiólogos cardíacos) y algunos de estos pacientes deberán recibir un desfibrilador automático implantable (DAI) de acuerdo a las indicaciones médicas actuales.

¿A qué le llamamos territorios cardioprotegidos?

En realidad la definición es sencilla, un territorio cardioprotegido es todo aquel lugar donde se encuentren personas entrenadas en reanimación cardiopulmonar y que en ese sitio se encuentre presente un desfibrilador automático externo (DAE) para ser utilizado en caso de un evento de paro cardíaco súbito.

Esto implica equipar todos los lugares públicos (escuelas, gimnasios, estadios, albercas, lugares donde se practica deporte, plazas comerciales, restaurantes y todas las plazas públicas, residenciales, iglesias, pueden ser llamados territorios cardioprotegidos con este tipo de aparatos y utilizarlos lo más pronto posible en alguien que ha sufrido un paro cardíaco súbito.

El 80% de los eventos de paro cardíaco súbito ocurren en el hogar y el 20% de los paros cardíacos ocurren fuera del hogar (en la calle, en plazas públicas, etc.). El problema es que la población en general desconoce la técnica de reanimación cardiopulmonar, que en dado caso de saberlo, tendría que ir acompañado de un desfibrilador automático externo y su correcto uso. El mensaje tiene que ser que todos los miembros de la familia (padres e hijos) debemos estar entrenados en técnicas de reanimación cardiopulmonar y uso de desfibrilador automático externo. Además, dentro de la cadena de supervivencia de los pacientes en paro cardíaco súbito es que debemos de tener disponible el apoyo de una ambulancia, pero esta tendría que llegar en menos de 10 minutos para poder salvar la vida del paciente. Se estima que existen alrededor de 5000 desfibriladores automáticos externos en todo el país, solo que se han realizado estrategias locales de forma aislada en ciudades como San Miguel de Allende, Hermosillo, Tijuana, Mexicali, Culiacán, Monterrey, Torreón, Guadalajara, Aguascalientes, Mérida, Morelia, Querétaro, Oaxaca, Puebla, Ciudad de México, entre otros. También debemos de comentar que se ha hecho un esfuerzo muy grande en legislar la capacitación en técnicas de reanimación cardiopulmonar y la colocación de desfibriladores automáticos externos en lugares públicos, ya que los lugares en el mundo donde esto ha sido obligatorio es donde se tiene la mayor sobrevida a un evento de paro cardíaco súbito. En nuestro país solo hay cuatro estados que cuentan con una Ley de Cardioprotección que son el estado de Sonora, Sinaloa, Coahuila y Yucatán.

Es de reconocer el esfuerzo que han realizado la Sociedad Mexicana de Cardiología (SMC) y la Asociación Nacional de Cardiólogos de México (ANCAM) en promover la enseñanza de la reanimación cardiopulmonar y uso de desfibrilador automático externo a toda la población mexicana, el trabajo es arduo y nos falta mucho por hacer pero lo importante es que ya hemos comenzado.

Dr. Manuel de Jesús Celaya Cota

Medicina Interna, Cardiología Clínica y Electrofisiología Cardíaca.
Unidad de Arritmias y Marcapasos, Instituto de Corazón (INCOR), Hospital CIMA Hermosillo.
arritmiashermosillo@hotmail.com